Datos curiosos a propósito de la sexualidad
Te proponemos descubrir creencias, costumbres y actuaciones sexuales antiguas que hoy en día pueden parecerte un poco… ¡extrañas y grotescas!
Mirada mortal
Alberto Magno, filósofo, teólogo y hombre de ciencia durante el siglo XIII, consideraba que durante sus menstruaciones, las mujeres exhalaban por los ojos un vapor nocivo que en ciertos casos podía ocasionar la muerte.
Mujeres infieles
Según una vieja tradición, las mujeres casadas del pueblo Nayar (situado en el sur de la India) tienen que recibir la visita de amantes. De estas visitas nacen la mayor parte de sus hijos.
Alimentos afrodisíacos
Antiguamente, se prohibieron las judías en los conventos puesto que las consideraban alimentos afrodisíacos.
Casanova no quería ser padre
Casanova introducía en la vagina de sus conquistas una canica de oro que pesaba exactamente 60 gramos para que no se quedaran embarazadas.
Rodaje de películas
Para planificar los rodajes de sus películas, los famosos estudios de cine de Hollywood MCM (los dell león rugiendo al principio de las películas) tomaban en cuenta los ciclos menstruales de las actrices.
Erección continúa
Durante la Edad Media, los doctores explicaban la erección continua del pene por el consumo abusivo de alimentos flatulentos tales como los garbanzos.
Prostitutas con pudor
Antiguamente, las prostitutas turcas podían desnudarse enteramente ante sus clientes pero siempre se escondían la cara en señal de pudor.
Practicar sexo regularmente
Para Hipócrates, a las mujeres que no practicaban sexo regularmente se les desecaba y cerraba el útero herméticamente.
Coitus interruptus
Entre los años 1300 a 1500, los médicos creían que el coitus interruptus tenía como consecuencias ulceraciones en el pene.
Una mujer fértil
Con fin de saber si una mujer podía quedarse embarazada, los doctores egipcios le hacían sentarse sobre una mezcla de harina de dátiles y cerveza. Si la mujer vomitaba significaba que era fértil.
Primer orgasmo de cine
Para que la actriz Hedy Lamarr simulara un orgasmo durante la película Extasis (1932), el director checo Gustav Machatay, le propinó un pinchazo con un alfiler en las nalgas.
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