lunes, 23 de mayo de 2011

¿El deseo se apagó?




Con imaginación, ganas y picardía, la llama puede volver a arder, incluso con la misma pareja.

Para Antoni Bolinches, psicólogo y autor del libro "Sexo sabio" (De bolsillo), monotonía quiere decir falta de estímulo y novedad, cuando lo que requiere el sexo es precisamente lo contrario. Pero, ojo: estabilidad no significa necesariamente monotonía

Esta última se instala cuando una pareja que lleva tiempo junta hace siempre las mismas cosas, el mismo día, a la misma hora y en el mismo sitio. Si este virus afecta al deseo sexual, el experto sugiere una medida de choque: liberarse del hoy toca y dedicarse a jugar al parchís, ver la televisión o ir a pasear al perro. Cualquier cosa antes que asumir el sexo como una tarea que se afronta sin deseo ni ilusión.

Adiós a las costumbres

No suena muy excitante, pero es mejor que hacer por obligación o costumbre algo que debería hacerse por placer y afecto. Para recuperar las ganas, Bolinches sugiere dos claves: imaginación y moderación (e incluso un poquito de frustración). Imaginación para darle color y sabor a la relación; y moderación para despertar de nuevo el deseo, que es, al fin y al cabo, el motor de una vida sexual satisfactoria.


No se trata de hacer realidad, de repente, todas vuestras fantasías. Hay muchos juegos y detalles que podéis incorporar a la vida cotidiana para volverla más erótica: disfrutar de las caricias, descubrir en el cuerpo del otro un mapa de zonas erógenas inexploradas, una música suave a la luz de las velas, un perfume, el placer de un baño o de una piel bien cuidada, la textura de una cena deliciosa acompañada por una copa de vino, incorporar juguetes nuevos en la alcoba!!...

No olvides la importancia de ser implacable con los enemigos de la seducción. Por ejemplo, que no sea siempre el mismo quien inicia el juego sexual, porque eso lleva a una relación asimétrica. ¿Y qué pasa con la frecuencia? Bolinches recomienda olvidarse de llevar la cuenta. La frecuencia debe marcarla el propio deseo en función del grado de enamoramiento y nivel de energía sexual. En otras palabras: no atrofiar el instinto.... pero sin dejar a un lado la delicadeza. Y es que otro punto muy importante consiste en enterrar reproches y sarcasmos y cultivar el lenguaje asertivo y hasta la más fina diplomacia.

Más vale un me gusta más suave que un para, que me haces daño que arruina la libido, la comunicación y las ganas. Antes de ponerte manos a la obra, recuerda los cuatro principios que, según el experto, garantizan una vida sexual feliz: haz todo lo que quieras, no hagas nada que no quieras, hazlo siempre desde el deseo previo y hazlo de acuerdo con tu escala de valores sexuales (o sea, aquello que te gusta y con lo que te sientes de verdad cómodo).

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