La masturbación es una práctica que aún hoy está rodeada de muchos mitos y prejuicios: un tema tabú de la sexualidad humana, prohibida por los mandamientos de la educación represora. No son pocas las mujeres que prefieren no hablar de esta actividad, y mucho menos admitir su práctica.
Sin embargo, la masturbación es la respuesta natural a los impulsos sexuales del organismo, con muchos beneficios para la salud y la vida sexual, puesto que nos permite conocer nuestro cuerpo y sus puntos de placer.
Esa es justamente la finalidad de la masturbación: diferentemente al acto sexual, donde existe una posibilidad de reproducción, esta práctica sólo tiene por fin el descubrimiento de nuestras zonas erógenas y el orgasmo. Por este motivo ha tenido tan mala prensa durante tanto tiempo y muchas veces es un tema ignorado a la hora de la formación de las adolescentes. Masturbarse no produce ningún daño al organismo, y esta es una verdad avalada hasta por la Organización Mundial de la Salud. Todo lo contrario, alivia las tensiones y prepara el cuerpo para las relaciones sexuales, en las que más fácilmente se podrá llegar al clímax. Y también puede incorporarse a la vida en pareja, como parte de los preliminares.
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